Siria está en una situación que no hubiera imaginado para sí cuando las primeras revueltas en el mundo árabe. A pesar de las continuas incitaciones de Estados Unidos a abandonar su alianza con Irán y con la esperanza de que Turquía -miembro de la OTAN- no dejara de responder al mundo árabe musulmán, se encuentra que hoy es criticada por todos, inclusive por Irán.
La táctica del presidente actual de Siria, Bashar Al Assad, fue repetir la de su padre, usar la fuerza bruta e indiscriminada contra su pueblo para acallar las protestas, pero esta vez no está siendo exitosa. Los tiempos cambiaron, las protestas no se limitaron al pueblo suní de Hama, acontecimiento recordado como "La masacre de Hama" de 1982, ahora todo el pueblo sirio está rebelándose contra la dictadura de los Assad y no se entrega.
Casi treinta años después el mundo se transformó, la información llega de alguna forma al exterior, se sabe qué está pasando allí, algo que no ocurrió en 1982 hasta muchos días después cuando ya era demasiado tarde. La dictadura de los Assad continuó siendo recibida por la comunidad internacional como si ese horrible suceso no hubiera ocurrido, la gente comprendió que no recibiría ayuda y se mantuvo en calma.
Hasta que se produjeron las revueltas en todo el mundo árabe y los pueblos derrocaron a sus tiranos; entonces se animaron y no se arredran ante nada, ni los tanques, los francotiradores, las detenciones y las torturas, las mentiras de Assad a los diplomáticos extranjeros para simular que la matanza se detiene, nada los está acobardando.
La Comunidad Internacional no quiere involucrarse en otro frente de guerra más, con eso cuenta Assad, más el apoyo que le brinda Irán y el veto de Rusia al involucramiento de la OTAN, pero hay otros factores que inciden sobre la posibilidad de continuar con esta táctica.
Casi treinta años después el mundo se transformó, la información llega de alguna forma al exterior, se sabe qué está pasando allí, algo que no ocurrió en 1982 hasta muchos días después cuando ya era demasiado tarde. La dictadura de los Assad continuó siendo recibida por la comunidad internacional como si ese horrible suceso no hubiera ocurrido, la gente comprendió que no recibiría ayuda y se mantuvo en calma.
Hasta que se produjeron las revueltas en todo el mundo árabe y los pueblos derrocaron a sus tiranos; entonces se animaron y no se arredran ante nada, ni los tanques, los francotiradores, las detenciones y las torturas, las mentiras de Assad a los diplomáticos extranjeros para simular que la matanza se detiene, nada los está acobardando.
La Comunidad Internacional no quiere involucrarse en otro frente de guerra más, con eso cuenta Assad, más el apoyo que le brinda Irán y el veto de Rusia al involucramiento de la OTAN, pero hay otros factores que inciden sobre la posibilidad de continuar con esta táctica.
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